En el momento de construir el Centro, en el año 1964, el contexto sociocultural y económico del barrio eminentemente obrero, estaba determinado por unas características muy concretas, y se hizo con el fin de dar respuesta a la falta de puestos escolares en el barrio de Salas Pombo, actualmente San Bernar

Desde sus orígenes el Centro ha mantenido una constante apertura y acercamiento a las necesidades prioritarias del barrio, procurando en todo momento potenciar actividades de promoción socio-cultural y deportivas.

En 1967 se pone en funcionamiento el actual centro educativo para dar respuesta a las necesidades del barrio de San Bernardo, que se caracterizaba por un fuerte movimiento migratorio, alta densidad de población, bajo poder adquisitivo y gran carencia de puestos escolares.

Nuestro Centro siempre ha estado abierto al entorno social del barrio, ha compartido sus aulas con la Educación de Adultos y ha colaborado de forma permanente con la Universidad Civil y Pontificia y otras Instituciones locales. En sus aulas han nacido grupos de teatro, concursos regionales de literatura, semanas musicales…  

 

Con la transformación de la calle Peña de Francia en autovía, quedó enlazado el puente de la Universidad con la Avenida de Salamanca y de este modo, se concluyó la nueva ronda de circunvalación de la ciudad. Esta circunstancia hizo que tanto nuestra iglesia como el edificio del colegio y su patio muestren su nueva imagen más abierta y cercana al barrio, mejorando además significativamente su aspecto externo.

 

Desde hace nueve años las metodologías activas y la innovación educativa, se han convertido en la razón de ser de nuestro Colegio. Trabajamos el aprendizaje significativo de nuestros alumnos a través del aprendizaje cooperativo porque mejora la motivación hacia el trabajo, los contenidos y el rendimiento académico. Las paletas de Inteligencia Múltiples, el aprendizaje basado en problemas o las rutinas y destrezas de pensamiento son instrumentos que utilizamos a diario para lograr la adquisición de las competencias clave, tan importantes en el nuevo marco de desarrollo social europeo.

En 1998 coincidiendo con la celebración del VIII centenario de la fundación de la Orden se construyó la actual Iglesia Parroquial, con el deseo de dar respuesta cumplida a un anhelo sentido por toda la Orden Trinitaria: que los restos mortales de San Juan de Mata reposaran en un mausoleo digno de su condición de Fundador. La nueva edificación rompe con la tradición clásica de las iglesias salmantinas. Es un edificio modernista, en forma de cubo y con un muro lateral ciego, que hace fachada con cinco hileras de cruces griegas superpuestas e inclinadas al espectador, que se elevan hacia el cielo en forma de escorzo creciente y que recuerdan la simbología de la Orden Trinitaria.


En su interior destacan su ábside, en forma de triángulo equilátero por el que penetra la luz a través de unas estrechas y verticales troneras y el techo que es un hexágono inscrito. En el centro de la nave se encuentra el arca barroca con los restos del santo sobre un baldaquino situado en edículo en forma de tolva, por donde penetra una luz de forma un tanto misteriosa que envuelve a la urna. También dispone de una capilla dedicada a la Trinidad para el culto diario, con una zona reservada al sacramento de la Penitencia y un baptisterio semicircular.    

La presencia de los Trinitarios en Salamanca data de 1393, año en que se establecieron en la iglesia de la Santísima Trinidad del Arrabal. A comienzos del siglo XV el obispo Diego de Anaya les concedió la iglesia de San Juan del Blanco. En 1597 iniciaron la construcción de la iglesia y convento en la calle Zamora, edificio que actualmente corresponde al Colegio Mayor Montellano. Entre los religiosos eminentes que vivieron en dicho convento sobresalen San Simón de Rojas, apóstol mariano y fray Félix Hortensio Paravicino, profesor de la universidad salmantina y gran orador sagrado, que mereció dos retratos de El Greco. Los Trinitarios Calzados se extinguieron en 1894.

En 1605 el Reformador San Juan Bautista de la Concepción asentó a sus hijos, los Trinitarios Descalzos, en la ciudad. Su última residencia la tuvieron en la casa e iglesia de la Santísima Trinidad (actual parroquia de San Pablo, en la Plaza de Colón) cuya construcción fue ultimada el año 1667.

 

 

 

La Orden Trinitaria volvió a la ciudad en el año 1945, ocupando inicialmente una humilde residencia en la calle Padre Manjón. En 1963 fue inaugurada la actual casa de la Avenida Filiberto Villalobos, nº 82, que alberga el seminario Mayor Trinitario, el colegio de Infantil, Primaria y Secundaria y el Secretariado Trinitario.